-¿Queréis algo, café, té, veneno? Ah, ok, para mí sola.

miércoles, 5 de mayo de 2010

Cuarenta de sayo

Viajar con un violonchelo es como correr con tacones.

No es imposible, pero! te encantaría poder evitarlo. Por eso ahora mismo podía estar en Salamanca, sabéis, con Nuria, para no variar, persiguiendo al mismo profesor que ya hemos perseguido por Mallorca, Soria, Castellón y la Meca, pero nada, me he hecho vieja, y he preferido quedarme al brasero a hablar de la guerra, guardando en el calcetín el dinero de los trenes, y apañándome el moño con alfileres. Que me gustaría saber cómo digiero las horquillas. Porque comérmelas, ya sé yo que me las como.

Y es que Nuria, mi violonchelo y mi maleta son mis tres bultos permitidos por RENFE, aquellos que no superan en conjunto 20 kg, ni 250 cm (largo + ancho + alto) , y que van conmigo a todas partes desde que el mundo es maño.

En otro orden de cosas, la tecla "i" de mi teclado va un poco mal, debe ser de tanto decir "síiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii", para que luego digan.. así que, por ahí van los tiros, y efectivamente les he comprado a los de cuarto una papeleta para el jamón que sortean para irse de viaje de fin de carrera, tengo el número 100, mierda, todavía si fuera un concurso de números bonitos gano yo, me tengo que leer las bases por si..

Y nada, nos queda un mes de curso y otro de recurso, y como dice Elena, así otros cuatro años de carrera, que me da tiempo a comprarme un gato y que se me muera, así que mientras aún hay tiempo aprovechemos tooooodos para gastarlo en escribir durante toda una tarde un relato para un concurso y que luego me lo enseñéis, y tenga que ser yo la que os diga que es un plagio de la única película de Disney que no habéis visto...................



1 comentario:

  1. Efectivamente: tu puñalada es directamente proporcional al BRAZACO que te has marcao!

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